miércoles, 9 de septiembre de 2015

Los hospitales y yo: yo y los hospitales y sus lavabos!

Ya me pasó un día que, en una visita rutinaria que tuve, cuando fui al hospital, al ir al aseo me encontré un culo que hablaba. Dantesco es que se te caigan las retinas al suelo cuando ves que hay un culo (femenino) que te habla y discute contigo por abrir una puerta. Horroroso que en esa discusión gane el culo porque no eres capaz de seguir hablando con dos nalgas y prefieras mearte encima, a verle la cara a la persona a la que pertenecía ese culo...

Pero estar en el hospital, de acompañante de una familiar y después de horas y horas de espera (los recortes prácticamente ni se notan en la sanidad pública, antes esperabas 3 y ahora 7 horas para un diagnóstico...), notar que te duele la garganta porque la vejiga está tan llena que ha dilatado su volumen y se ha hecho paso por tu cuerpo hasta llegar a las amígdalas... Momento en el cual, a altas horas de la noche, decides ir al baño porque al próximo estornudo lloras pipi...
Encontrarte delante de la megapuerta infernal de los aseos del hospital, repito, a altas horas de la noche, donde probablemente duermen hasta los gérmenes que aún están por descubrirse. Vas con la seguridad que te dan las horas de vela y madrugue, relax por la disminución del flujo de personas activas... Vamos! ni un alma en la planta de urgencias! Excepto mi padre, yo, nuestra enfermita y los demás pacientes ingresados!

Y dado que aún colea el terror sufrido aquella vez donde ese culo me abroncó por intentar mear, toda precaución es poca!
Quién iba a pensar que a esas horas iba yo a preferir haberme meado encima que ir al baño?

Porque yo entré decidida, valiente, sin querer pensar en los dejà-vu, porque era materialmente imposible!

Pues una mierda como la catedral de Burgos de grande!

Abrí la puerta del aseo y ya el ruido de la puerta primera me acojonó... Era como la peli de los otros! Un ñeeeeeeeeeeeeeeeeee en toda regla de película de terror... Aquello ya debería haberme alertado, como en las pelis cuando sabes que no debes entrar en una casa embrujada, pero entras! Pero claro, o mingitaba o moqueaba urea...

Y abrir la puerta de mi destino final y encontrarte a un ente mutante, cuyo poder es mimetizarse con el sanitario Roca, con las bragas hasta los tobillos, con un bocadillo en una mano y un refresco en la otra y haciendo aguas mayores!!!

Noté como mi alma se partía en pedazos, los ojos se secaban, las pupilas se giraban 180º, los labios se me ponían azules a falta de riego sanguíneo, una gota de sudor me corría por la sien, las uñas de las manos y de los pies empezaron a remeterse cual persianas mecánicas y, con todos los sonidos guturales que mis cuerdas vocales fueron capaces de soltar, empecé a "pucherear" como una niña pequeña negando con la cabeza incrédula por lo que me estaba pasando y gritando ¿Por qué a mí!!!?

Cuál es la probabilidad existente de encontrarme en una situación incluso peor a la vivida hace 3 meses? Una entre un billón? Pues sí, me tocó! Tengo un imán para las catástrofes escatológicas!!! El ente que vive en ese aseo estaba "cenando-cagando" a las 2 de la mañana y lo primero que salió de mi boca fue:
- Señoraaaaaaaaaaaaaa!!! Por Ramsés, cierre la puerta!!!
- Y cómo lo hago? Teniendo en cuenta que tengo las manos ocupadas!!! - me dijo encima indignada la señora!...
- No sé! Tire el bocadillo al vuelo, eche el cerrojo y cójalo al aire mientras nos deleita silbando con el ojo de Sauron el Asturias patria queridaaaaa!!! Total, si hasta aquí ¡¡¡lo más normal del mundo es "cagar-cenar" a las dos de la mañana con la puerta abierta del baño para que alguien (yo) entre y le haga los coros, no? no?? NO!!!!???

Volví a la habitación y le quité la cuña a mi familiar para solucionar mi problema físico, pero quién me cura a mí el tarro? Eh? Qué será lo próximo? Una fiesta rave de culos? Mojones que hablan? Un laboratorio químico de "anfetamierdas"?


En fin, que lo de la cuña es mentira, pero que el ente-cagante probablemente siga allí si es tan lento como mi hija a la hora de comer, así que la próxima vez que pise un hospital antes me sondo, por si las moscas! A mí no me pillan otra vez en el amanecer de los culos parlantes...